viernes, 28 de octubre de 2016

Del mazazo a las energías renovables a la puñalada del bono social

Si alguien puede pasar a la historia de los despropósitos este es el exministro de Industria, José Manuel Soria. El otro día, por ejemplo, hablábamos de la pérdida de peso de la industria de las energías renovables como consecuencia de la reforma energética que llevó a cabo y que ha hecho que España se encuentre entre los países con más denuncias en el organismo arbitral del Banco Mundial, el Ciadi.

Pues bien, ahora le toca al bono social. Sí, ese descuento del 25% sobre la antigua tarifa regulada, hoy bautizada como PVPC, del que en principio disfrutan los colectivos considerados más vulnerables.

Según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), son unos 2,4 millones de usuarios con una potencia contratada inferior a los 3 kilowatios (KW), pensionistas que perciben las prestación mínima de jubilación, incapacidad temporal, viudedad, familias numerosas y aquellas en las que todos sus miembros están en paro.

Al margen de que, según la CNMC, no se acogen a este descuento ni el 41% de los potenciales beneficiarios, los trapicheos regulatorios han hecho que el Tribunal Supremo invalide el sistema de financiación:  pagan las eléctricas integradas, las cinco grandes y una veintena de pequeñas más, peor no aquellas que, por ejemplo, solo comercializan.

Las cinco grandes eléctricas han logrado su cometido gracias a una normativa improvisada y mal elaborada, sea por desconocimiento, que mala cosa sería, o de forma busca, que sería peor ¿Resultado? Hay que compensar a las compañías y a ver si adivinan quien va a pagar este desaguisado de unos 200 millones anuales desde el 2014.

En ninguna parte consta que esto tenga que ir a cargo del recibo de la luz, pero esta es la solución que se acostumbra a utilizar, tanto para compensar al sector por la moratoria nuclear, que se dejó de pagar el año pasado, como para cualquier otro descosido.

Si es política social debe ir a cargo de los Presupuestos del Estado, dicen las eléctricas. En resumen, debe pagarse con los impuestos de todos tengamos o no tengamos luz eléctrica y aunque nos iluminemos con velas.

Ya se han levantado muchas voces de alarma. Se lo ven venir. En manos del Gobierno que forme Mariano Rajoy tras la investidura está la solución, pero mucho me temo que casi podría adivinarla.

martes, 25 de octubre de 2016

España al margen del 'boom' mundial de las energías renovables




























Lo dice claramente la Agencia Internacional de la Energía (AIE). El año pasado, las energías renovables se convirtieron en "la mayor fuente mundial de energía por capacidad instalada, por delante del carbón, tras crecer el 15% la generación.

Pero el mundo parece que en España, donde está paralizada la actividad de las energías renovables tras los mazazos de la reforma del Gobierno del PP, nos pilla lejos. Vamos a contracorriente, después de haber sido una potencia.

Ha sido uno delos grandes legados del que fuera ministro de Industria, José Manuel Soria: la parálisis total cuando la AIE ha corregido muy al alza la previsión de crecimiento para estas fuentes energéticas entre el 2015 y el 2021.

Solo el mercado exterior ha permitido sobrevivir a esta industria que el Ejecutivo de Mariano Rajoy empleó para sus folletos de promoción de país moderno. Pero, desde luego, sin ninguna intención de apoyarla realmente como se ha podido constatar.

El próximo Gobierno que salga de la investidura tiene la dura y difícil tarea de reconducir la situación. Teniendo en cuenta que es el mismo partido es el que gobernará hay pocas, por no decir nulas, esperanzas de cambio de rumbo.

Si este se produce seguramente procederá del Congreso, donde la oposición puede demostrar si su defensa de las energías renovables era verdadera o solo un reclamo electoral. De seguir como estamos mucho tiempo no solo nos ganarán Alemania o Reino Unido, que superan a España en energía solar --cuando ven menos días al año al astro rey que aquí--  sino cualquier otro país.